Fuente Inflación: INDEC, Dirección Nacional de Estadísticas de Precios.
Fuente Consumo: Indicador de Consumo (IC), Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC).
lucas della torre.
sociología + investigación + datos
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por Lucas Della Torre.
por Lucas Della Torre.
De la distorsión al reacomodo: el nuevo mapa del consumo y la inflación en una economía que gira.
La economía argentina parece un péndulo que, oscilando entre crisis, sucesivas recesiones y recuperaciones abruptas, va marcando el pulso acorde a los vaivenes de la inflación y las políticas implementadas. El período 2023-2025 no es una excepción a ello. Nos habla de un cambio de escenario, donde pasamos de habitar un mercado intervenido, con intentos de controlar los precios por parte del Poder Ejecutivo y una alta inflación, a otro escenario completamente distinto, con una inflación a la baja, la austeridad en los consumos y una recuperación dispar en los distintos sectores. Este cambio, acaecido en una sociedad arquetípicamente de clase media, generó un escenario difuso y complejo que desafía la toma de decisiones estratégicas y redefinió el comportamiento del consumidor.
2023: El Consumo "anabolizado" por la inflación.
El año 2023 cerró con una dinámica paradójica. Tras seis años de caída consecutiva, el consumo masivo en supermercados mostró un leve repunte interanual del +0.7% (CAC) y +2.4% según Scentia, respecto a diciembre de 2022. Sin embargo, veremos que este crecimiento no fue genuino:
A la hora de explicar este fenómeno, se interpreta que muchos consumidores incrementaron sus compras en los primeros días de diciembre, como una manera de "stockearse" y, por consecuente, anticiparse a los aumentos de precios. Esta idea rige en línea con lo que se vivió en los últimos meses del año, en un escenario propio de un consumo "anabolizado” o de suba artificial del consumo, con alta inflación y una demanda sobrecalentada en base a reacciones de protección debido al proceso inflacionario en alza.
Inflación: La variación interanual acumulada fue del 211,4% a nivel nacional, con un pico máximo de 25,5 registrado en el mes de diciembre y picos mínimos de 6% mensual en los meses de enero y junio. Estos valores fueron los más altos en tres décadas (INDEC). Cabe destacar que al interior del 211,4% anual, el rubro que más aumentó fue Alimentos y Bebidas no alcohólicas, con un alza interanual de 251,3% muy por encima del promedio.
Consumo: La mayoría de los consumidores optó por desprenderse rápidamente de sus pesos para anticiparse a las subas de precios inminentes. Las compras registraron una suba en los primeros días de diciembre, pero las últimas semanas del año ya mostraban una fuerte retracción, presagiando el ajuste que vendría.
Veamos, a continuación, cómo se comportó la inflación y el consumo mes a mes en 2023:
Fuente Inflación: INDEC, Dirección Nacional de Estadísticas de Precios.
Fuente Consumo: Indicador de Consumo (IC), Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC).
Como puede observarse, en los meses en los cuales la inflación tiende a mantenerse estable (enero a julio), el consumo tendió a la baja, mientras que a medida que la inflación tendió a subir, lo mismo hizo el consumo. En otras palabras, el desempeño de ciertos indicadores de la economía, como la inflación, presenta un comportamiento que va de va en relación con el consumo de los hogares.
2024: Shock, recesión y el consumidor "estoico".
El año 2024 marcó un punto de inflexión. El nuevo programa económico priorizó el combate a la inflación, lo que provocó un desplome del consumo, con caídas mensuales de dos dígitos que llevaron la retracción a niveles similares a los del 2002 o la pandemia.
Inflación: El año cerró con un incremento en los precios del 117,8% según informó el INDEC, esto es una disminución del 44,2% respecto de la inflación registrada en 2023. En contraste con el consumo, se mostró una clara y consistente trayectoria de desaceleración. Tras un pico inicial del 20,6% en enero, inició un descenso progresivo mes a mes, quebrando el piso del 4% en Septiembre (3,5%).
Consumo: El consumo masivo se contrajo un 14% en el año (Scentia), con 16 meses consecutivos de baja, lo que supuso una recesión a niveles similares de 2002. Este desplome masivo representó el peor año en las últimas dos décadas, en un contexto de fuerte ajuste y pérdida de poder adquisitivo. Los mayores niveles de descenso en el consumo se registraron durante el primer semestre, para luego, con la desaceleración de la inflación, amesetarse y en los últimos meses del año hasta se comenzó a vislumbrar una suba intermensual.
Del "no hay plata" al nuevo perfil del consumidor: Acostumbrado a adaptarse, emerge una nueva etapa del consumidor argentino, el "consumidor estoico" (Guillermo Oliveto, CEO de W y Almatrends) caracterizado por ser ultra pensador, asertivo y enfocado en la supervivencia. Éste prioriza categorías básicas y fundamentales (alimentos y productos de primera necesidad) mientras que deja de lado aquellos "gustos" (bebidas alcohólicas, golosinas), rubros que sufrieron las mayores caídas. Para las clases media-baja y baja, el poder de compra se erosionó a tal punto que en numerosas familias el mes "se terminaba el día 20".
A continuación, la evolución del consumo y la inflación en 2024:
Fuente Inflación: INDEC.
Fuente Consumo: Consultora Scentia.
Partiendo del gráfico, se observa una dinámica marcadamente diferente a la del año anterior. A lo largo de todo el período, se evidencia una clara y sostenida desaceleración de la inflación mensual, que desciende desde un pico superior al 20% en enero hasta estabilizarse por debajo del 4% en el último cuatrimestre. De forma simultánea, y en agudo contraste con el comportamiento de 2023, la variación del consumo no acompañó esta baja, sino que profundizó su caída durante la mayor parte del año, manteniéndose en terreno negativo. En otras palabras, el drástico descenso de la inflación en 2024 no se tradujo en una recuperación, sino que fue de la mano de una severa contracción de la demanda, reflejando el impacto del ajuste económico en el poder de compra de los hogares.
2025: Pulverización de la inflación, recuperación dispar y débiles señales de repunte.
Consumo: Después de 16 meses en rojo, abril trajo la primera buena noticia: una suba interanual del 0,1% en el consumo masivo. Mínima, pero simbólica. El rebote, sin embargo, fue desigual. Los comercios de cercanía encabezaron el repunte, empujados por una clase media que empieza a levantar la cabeza. Bienes durables y turismo también repuntaron, pero lejos del bolsillo popular. En los sectores de menores ingresos, la lógica del ajuste profundo sigue mandando. El consumo básico se mantiene frágil, sin recuperar aún el terreno perdido.
Inflación: Los primeros cinco meses del año consolidaron la tendencia bajista. El dato más ruidoso llegó en mayo: 1,5 mensual, el nivel más bajo de la inflación en 5 años. Con un dolar estable y una demanda reprimida, la variación interanual perforó el 50% por primera vez desde 2021. La inflación dejó de ser un problema y con ello se reconfigura el humor económico. Ahora la preocupación parece trasladarse al poder de compra de los salarios.
Por último, veamos la evolución de consumo e inflación en lo que va del año:
Fuente Inflación: INDEC.
Fuente Consumo: Consultora Scentia.
El panorama de 2025 viene mostrando el inicio de un cambio de tendencia. A medida que la inflación se pulveriza, alcanzando su nivel más bajo en cinco años, el consumo comienza a dar sus primeras y débiles señales de vida. Después de tocar fondo, la curva de la demanda abandona la caída libre e inicia un tímido repunte que le permite, en abril, cruzar a terreno positivo por primera vez en 16 meses. En definitiva, el gráfico captura un punto de inflexión: el fin de la "terapia de shock" sobre los precios parece dar paso a un incipiente, aunque todavía frágil, proceso de recuperación dispar del consumo.
Conclusiones finales
Para cerrar, el viaje a través de estos tres años nos muestra una profunda transformación en la dinámica económica argentina. Se transitó desde un consumo defensivo y "anabolizado" por la hiperinflación en 2023, pasando por el drástico ajuste y la recesión de 2024, para finalmente llegar a un 2025 donde la batalla contra la inflación parece ganada, pero la demanda apenas da señales de vida. Sin embargo, queda pendiente la recuperación de los salarios reales, un tema no menor que ya está evidenciando cambios estructurales en los patrones de consumo. Se consolida una recuperación dispar y de dos velocidades, con mejoras en ciertos rubros como los bienes durables, pero con una base de la pirámide que aún no siente el repunte en su bolsillo. El gran desafío a futuro será, entonces, traducir la estabilidad macroeconómica en una mejora tangible del poder de compra que permita una recuperación del consumo más genuina y generalizada.
Lucas Della Torre. Sociólogo especializado en análisis de datos.
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